Iglesia Cristiana Discípulos de Cristo en la Colonia Julián Carrillo
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HISTORIA DE NUESTROS HIMNOS

 

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Tomas M. Westrup (1837-1909)

Hace más de un siglo la familia Westrup salió de Londres y se radicó en México, cuando Tomás cumplía apenas quince años. Construyeron un molino para elaborar harina de pan; pero hoy se recuerdan porque llegaron a conocer el “pan espiritual” de que habla Cristo en Mateo 4:4. En Monterrey entendieron el mensaje de la Biblia, y pronto cada uno pudo testificar: “Ya pertenezco sólo a ti, Cordero de Dios, heme aquí”. Son las palabras del himno “Tal como soy”, que Tomás tradujo del inglés. Tanto él como su hijo, Enrique, fueron usados por Dios para escribir y traducir centenares de himnos. Consiguieron una imprenta y publicaron libros, tratados y un himnario de tres volúmenes: Incienso Cristiano. Tradujo los himnos “Cariñoso Salvador”, “Loores dad a Cristo el Rey”, “Con voz benigna”, “Fuente de la vida eterna”, “Tentado no cedas”, “No te dé temor”, “Roca de la eternidad” y compuso la letra del himno “Dicha grande es la del hombre”. 


Vicente Mendoza P. (1875-1955)

Hijo de un tipógrafo evangélico, Vicente empezó a trabajar en las imprentas desde los once años. Más tarde decidió asistir a un instituto bíblico, y después sirvió al Señor como pastor itinerante en el Estado de Puebla, México.

Desde sus días de estudiante había comenzado a traducir himnos al español y a escribir la música y letra para otros, hasta llegar a tener más de 300. Publicó el himnario, Himnos Selectos, en 10 ediciones.É l contó que su himno, “Jesús es mi Rey soberano”, fue inspirado durante un fuerte aguacero. Como no pudo salir a la calle, empezó a tocar el piano. Pensando en la maravillosa verdad que Jesucristo es a la vez Rey soberano y amigo anhelando, trazó las líneas del precioso himno, y lo terminó ese mismo día. Llegó a ser profesor de un seminario evangélico y ayudó en la obra del Señor con verdadero gozo hasta la edad de 80 años.

Tradujo los himnos “Loor a ti”, “Maestro se encrespan las aguas”, “El fiel Consolador”,“ Santo Espíritu controla”, “¡Cuán firme cimiento!”, “Todas las promesas”, “Cuán glorioso es el cambio”, “A su Nombre gloria”, “Del santo amor de Cristo”, “¡Cuán dulce es confiar en Cristo!”, “Que mi vida entera esté”, “Dejo al mundo y sigo a Cristo”, “A solas al huerto yo voy”, “En presencia estar de Cristo”, “Gloria sin fin” y “Después de haber tenido aquí” y compuso los himnos “Oh padre, eterno Dios” y “Mensajeros del Maestro”.


A solas al huerto yo voy.

El fotógrafo, Agustín Miles, relató: La Biblia se abrió a mi pasaje favorito, Juan 20: el encuentro de Jesús y María Magdalena. Allí en el huerto, aquel domingo de la resurrección, ella cayó de rodillas ante el Señor. Mientras yo leía sentí como si hubiese estado presente en aquel jardín. La porción le hizo tal impacto a Miles, que pronto comenzó a escribir una poesía. Luego le agregó música con la misma facilidad. La experiencia de adoración y comunión se repite a diario en la vida de toda persona que conoce al Cristo resucitado. También podemos “oír su voz” diciéndonos que somos suyos. Esa comunicación nos llega por medio de la Palabra escrita de Dios, la cual nos llena de paz. 



Del santo amor de Cristo.

El hijo de la señora Lelia N. de Morris se preocupó al darse cuenta de que su madre se estaba quedando ciega. Mientras atendía su hogar, ella siempre tenía papel y lápiz en la cocina para anotar las palabras de nuevos himnos. Como la vista ya le fallaba, su hijo le construyó un pizarrón de 9 metros de largo en el cual ella podía trazar notas y letras muy grandes.En 1914 Lelia quedó completamente ciega, pero esa difícil circunstancia no le apagó su gozo en el Señor, ni se deseo de servirle. Siguió colaborando en la obra de su iglesia y fue una esposa y madre ejemplar. Le gustaba hablar acerca del santo amor de Cristo, y esto llegó a ser el título de uno de sus himnos más apreciados “Del santo amor de Cristo”. El coro dice “Rico e inefable, nada es comparable al amor de mi Jesús”. Aún cuando empezó a escribir hasta los treinta años de edad, nos dejó más de mil himnos que nos animan a seguir a Cristo con valor, sin desmayar en medio de los conflictos y contratiempos como el himno “¡A combatir!” que también fue escrito por ella.



Sublime Gracia

El autor “Sublime Gracia” sabia de qué escribía. Solo la gracia divina lo pudo cambiar de un hombre duro y degenerado a un siervo útil de Dios. John Newton perdió a su madre piadosa cuando era niño y no siguió su ejemplo de fe. Comenzó una vida de marinero a los once años, y con el tiempo, se dedicó a transportar esclavos del Africa. Cayó en una situación desesperante debido a los vicios, y en varias ocasiones Dios le libró milagrosamente de peligros. A pesar de ello, Newton seguía resistiendo el
llamado del Señor. Por fin, después de casi naufragar en una tempestad, se convirtió y su vida cambió radicalmente. Llegó a ser pastor, y escribió este himno como testimonio de la asombrosa gracia de Dios demostrada en su vida. 

 



Cuan grande es Él.

Un soleado día en 1885 el pastor y senador sueco, Carl Boberg, regresaba de una reunión. Se encontraba caminando por el campo cuando súbitamente fue alcanzado por una tormenta veraniega. Al refugiarse entre unos árboles mientras escampara. Boberg, reflexionó en la grandeza de Dios, y así nació “Cuán grande es Él”. Fue traducido al alemán en 1907 y luego llevado a Rusia en 1912, 5 años antes de la Revolución. Un misionero inglés, Stuart K. Hine, lo aprendió en ruso y lo tradujo, agregando la cuarta estrofa en 1948, y luego fue traducido al español en 1958, por un argentino.

La primera y tercera estrofas se basan en el himno original de Boberg, la 2ª nació es Rusia, y la 4ª en Inglaterra. A través de 70 años y 5 idiomas nos ha llegado este majestuoso himno que une los corazones del pueblo de Dios, sin fronteras, para alabar al Creador Omnipotente.



 Noche de paz

Todo comenzó una tarde de Nochebuena en Austria. José Mohr había pasado horas escribiendo en el pequeño despacho de su iglesia desde que el organista le había avisado que el órgano se encontraba fuera de servicio.

Por fin llevó el papel al músico, Franz Grüber, quien exclamó, ¡Pastor Mohr, son las palabras perfectas! En poco tiempo Grüber les agregó una sencilla melodía y juntos pudieron entregar su“ regalo Navidad ” a la pequeña congregación; cantando el nuevo villancico acompañados con la guitarra de Grüber.

Los años pasaron con la partitura guardada en el asiento del órgano, hasta que un día lo descubrió un técnico que afinaba el órgano de Oberndorf. Él quedó encantado con el villancico y lo llevó a otros pueblos. Por fin el emperador Federico Wilhelm IV lo escuchó, y tanto se entusiasmó que ordenó que se cantara en todas las iglesias del imperio ese año. Desde entonces, no ha sido necesario ningún edicto para que “Noche de Paz ” sea cantado en el mundo entero.



Que mi vida entera esté.

Hija de una distinguida familia inglesa, Frances Harvergal usó sus talentos como lingüista, poetisa y compositora para la gloria del Señor. Se deleitaba en la oración, la adoración a Dios y la lectura de la Biblia. A temprana edad sabía de memoria los salmos, los libros de los profetas menores, Isaías y casi todo el Nuevo Testamento. Compuso varios bellos himnos como “Mi vida di” y “Que mi vida”. Este último fue escrito durante una velada de oración y alabanza cuando se regocijaba por la conversión de unos amigos. Más tarde añadió otra estrofa, expresando el amor que sentía por el Señor al ofrendar 50 de sus 52 atesoradas joyas para llenar una necesidad en la obra misionera. La estrofa dice: “Toma tú mi amor que hoy a tus pies vengo a poner; toma todo lo que soy”. Para Frances, el dar su corazón a Dios incluida la entrega gozosa de sus pies, manos, voz, tiempo y voluntad de su vida entera.


 

Santo, Santo, Santo.

Se ha dicho que es el himno más hermoso y majestuoso de todos los tiempos y que hasta en el cielo se seguirá cantando. Por cierto, los cuatro seres descritos en Apocalipsis 4:8 permanentemente pronuncian: “Santo, Santo, Santo”. El nombre de la tonada viene del Concilio de Nicea, donde 318 delegados se reunieron en el año 325 para afirmar la sublime verdad revelada en la Biblia, que Dios existe en tres personas. Los delegados en su mayoría habían sido torturados por su fe en Cristo. El credo que redactaron permanece como un baluarte de esta doctrina fundamental. El autor del himno, Reginaldo Heber, misionero inglés, murió sirviendo al Señor en la India. A las voces de estos hombres convencidos y valientes, unamos las nuestras cantando “¡Santo!, ¡Santo!, ¡ Santo!"

 

HORA  
   
PROGRAMA SEMANAL  
  DOMINGOS
09:55 Escuela Dominical
11:00 Culto de Predicación
17:00 Ensayo de Coro
18:00 Culto de Predicación

MARTES
19:00 Sociedad de Varones
Sociedad Femenil

JUEVES
18:30 Estudio Bíblico

VIERNES
19:00 Culto de Jóvenes (en los hogares)

SÁBADO
17:00 Clase de Educación Cristiana
18:00 Sociedad de Jóvenes
 
OBJETIVOS DE LA IGLESIA  
  Primero: GLORIFICAR A DIOS NUESTRO PADRE, EXALTAR A JESUCRISTO NUESTRO SALVADOR Y DAR TODO HONOR AL ESPÍRITU SANTO.

Segundo: CUMPLIR CON LA GRAN COMISIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO ASCENDIDO AL CIELO, PUBLICANDO A TODAS LAS NACIONES SU EVANGELIO.
 
VERSICULO DE LA SEMANA  
  "El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los mancebos se fatigan y se cansan, los mozos flaquean y caen: Mas los que esperan á Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas como águilas, correrán, y no se cansarán, caminarán, y no se fatigarán" Isaías 40:29-31

 
 
 

 
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